Cuando las altas temperaturas dominan la ciudad, cuando apenas aparece alma alguna por las calles, siempre se repite cada año el mismo milagro: la Novena a Ntra. Madre del Carmen repleta de devotos. Suben la Cuesta para coger sitio, una hora antes llegan los primeros fieles, quieren estar lo más cerca posible de tan Amorosa Madre.
Es verdad, no importan los calores, la Exposición del Stmo. tan solemne, los cantos, la Predicación. Se pasa el tiempo tan rápido, cerca de tan Hermosa Reina. Ya va quedando menos para el día de su fiesta, nos vamos preparando, mientras nuestra mano se aferra al Santo Escapulario, regalo privilegiado de la Madre del Carmelo. Subir la Cuesta de San Cayetano es como subir al Monte Carmelo, las mismas flores y siempre la misma Madre.
Texto: P. Juan Dobado
Imágenes: Miguel Arroyo García
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